Escuchar (bien)

Rubén Sola Gil

📌10 ideas que no quiero olvidar de este libro:

1. En general, los consejos para “escuchar mejor” se reducen a demostrar que estás prestando atención manteniendo la mirada, asintiendo con la cabeza y dejando caer algún que otro «ajá». No es necesario demostrar que se está escuchando cuando, en efecto, se está escuchando.

2. Más que nada, escuchar requiere curiosidad.

3. Confiar en el pasado para entender a alguien en el presente está destinado al fracaso. Las opiniones, actitudes y creencias cambian. No importa desde cuándo conocemos a alguien o lo bien que creemos hacerlo; si dejamos de escuchar, a la larga dejaremos de conocer a quienes nos rodean.

4. Las personas quieren sentir que entiendes la importancia de lo que te están contando y por qué te lo están contando, no tanto que pillas los detalles de su anécdota. Lo importante no es que nuestro amigo se haya quedado sin trabajo, sino el efecto emocional que eso tiene en él.

5. Quizás el mayor obstáculo para escuchar plenamente a la otra persona es la preocupación constante por lo que vamos a decir cuando esta deje de hablar. Viene bien pensar en la escucha como algo parecido a meditación. Debemos tomar conciencia de las distracciones para luego volver a concentrarnos, pero en vez en nuestra respiración, en el hablante.

6. Es útil decidir que no tienes que preocuparte por lo que vas a decir, lo que a su vez permite que las opiniones e ideas de otros crucen la frontera de nuestras defensas. Cuanto más pensamos en lo que vamos a decir, menos atendemos a mucha información relevante, y más probabilidades tendremos de meter la pata (que es lo que intentamos evitar al pensar).

7. Hay una generosidad, pero también una clara ventaja, en el silencio: Las personas capaces de mantenerse en silencio obtienen más información y dicen menos cosas sin sentido para evitar incomodidad. Resistir la tentación de "saltar" hace que sea más probable que obtengas información y una mayor comprensión de la persona que tienes en frente.

8. Ser consciente de los problemas de alguien no significa que tengas que arreglarlos. Nuestra respuesta a las dificultades más profundas de otra persona simplemente refleja lo que nosotros haríamos si fuéramos esa persona, cosa que no somos. Lo mejor que podemos hacer es escuchar para intentar entender lo que la persona está enfrentando y apreciar cómo se siente. Esto en sí mismo puede ayudar mucho.

9. Escuchar atentamente es agotador, no podemos hacerlo todo el tiempo. No escuchar por no tener la energía “mental” o emocional para hacerlo te hace humano. En esos momentos, es mejor alejarse de la conversación y volver más tarde.

10. Ralph Waldo Emerson escribió: "Es el buen lector el que hace bueno un libro". Del mismo modo, "es el buen oyente el que hace buena una conversación".


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